Marmaris es una ciudad costera situada en la Provincia de Mugla. Su ubicación permite el encuentro del Mediterráneo con el Mar Egeo; igualmente, es un importante puerto natural y uno de los principales destinos turísticos para los europeos, asiáticos, africanos. Está rodeado al norte por el Golfo de Gokova, al sur por el Mediterráneo, al oeste la Península Datca y al este el Lago Koycegiz.
Legué a Marmaris finalizando la primavera y la verdad al principio hacia algo de frio, la temperatura estaba entre 8 y 23 grados en promedio. Lo primero que vi fue su popular puerto para cruceros y yates, destino favorito para la mayoría de británicos. En sus calles principales y obligadas para los turistas, existen abundantes restaurantes y comercio con mucha variedad. Me ha dejado sorprendida las réplicas de los bolsos, puedes encontrar desde un Guess, Versace, Dolce & Gabbana, Louis Vuitton entre muchas más marcas.
Alejada del bullicio de los comerciantes y turistas decidí adentrarme en sus pequeñas calles adoquinadas que más bien parecían estrechos laberintos a los cuales solo se puede acceder caminando. Fue increíble empezar a descubrir hermosos jardines llenos de flores que recién nacían con la primavera, las casas con solo mirarlas delatan la pertenencia a esa cultura mediterránea. En la parte más alta del casco antiguo está el Castillo de Solimán el Magnífico, donde según la historia existía desde el año 3000 AC. Tras los Persas, llegó Alejandro Magno y posteriormente los Romanos. Desde allí se puede contemplar toda la bahía y alrededores. El Castillo ha sido completamente restaurado y se puede visitarlo en su mayor parte, así como pasear por sus patios, torres y murallas.
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